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lunes, 10 de agosto de 2009

PERROS QUE ESPERAN UNA SENTENCIA DE LA JUSTICIA


Los canes que atacan a la gente son alojados en institutos con escasa infraestructura. A veces la Justicia tarda largos períodos en decidir su destino.

Encerrado, echado y con la mirada perdida, espera que la Justicia sea rápida y defina su destino. Por más que la soledad de la celda sea propicia para pensar en lo que hizo, no puede hacerlo, no se va a arrepentir. ¿Por qué? Simplemente porque es un perro.

Cada vez que un can “comete un delito” (ataca y muerde a una persona), empieza una travesía que, en el mejor de los casos, lleva un mes. Primero es trasladado, por orden de una Fiscalía, al Instituto Antirrábico de Córdoba. Allí permanecerá al menos 10 días, en los que será observado para ver si presenta síntomas de leptospirosis o rabia.

Luego de ese período, si la Fiscalía cumple los plazos se decide su destino. Puede ser devuelto a su dueño, siempre y cuando cumpla con disposiciones de seguridad dispuestas por la Justicia, o derivado a alguna protectora. Allí podrá pasar el resto de sus días o ser nuevamente adoptado, opciones que dependerán de lo que decida la Fiscalía.

Quien deberá responder penal y civilmente por las acciones del animal es su dueño. El perro no podrá ser penado ni condenado, ya que legalmente constituye una “cosa mueble”.

En la actualidad, hay en el Antirrábico solamente un perro judicializado, a la espera de que termine el plazo de observación y de que la Fiscalía que actúa en el caso decida sobre su destino. Sin embargo, en muchas oportunidades hay “olvidos” por parte de la Justicia, y los perros pasan una innumerable cantidad de días en el Antirrábico.

“Hubo casos en que fiscales se olvidaron de personas que debían salir en libertad. Eso te puede dar una pauta sobre lo que ocurre con los perros”, sostuvieron fuentes judiciales.

En problemas. El drama al que se enfrentan estos animales son varios. Al tiempo en que la Justicia demora la decisión sobre su destino, se suman las condiciones en las que se encuentra el Instituto Antirrábico.

Voceros de Zoonosis de la Provincia comentaron que muchas veces los fiscales se olvidan que mandaron un perro al Instituto. “Entonces pasan varios días, y tenemos que llamar a la Fiscalía para que se acuerden de tomar una decisión sobre el animal”, agregaron.

Laura Baggio, vicepresidenta de la Asociación Protectora de Animales Sarmiento, señaló que el primer problema de estos animales es “el deterioro que presentan las instalaciones del Antirrábico”. Sin embargo, la mujer destacó que en ese lugar “se salvan vidas”.

Baggio afirmó que las instalaciones de la institución no son las adecuadas. Los caniles se encuentran en filas de tres, en un lugar cerrado de unos 70 cm. de alto por un metro y medio de largo. El perro deberá permanecer en ese lugar, sin tener contacto con el exterior, los días de observación y los que demore la Justicia. “En Antirrábicos de otros lugares, los animales pueden salir a espacios a la luz del sol”, explicó Baggio.

Los perros que han vencido su plazo en el Antirrábico, y no son reclamados por sus dueños, son enviados al refugio San Francisco de Asís, de la Protectora Sarmiento.

Víctimas y victimarios. Para que un perro se convierta en judicializado, debe haber atacado a alguna persona. Pero también puede ser judicializado por ser víctima de maltratos.

El abogado Santiago Quijada, del estudio Sonzini Astudillo, explicó que en el primer caso el animal pasa a considerarse legalmente como una “cosa mueble”. Según el artículo 2.318 del Código Civil, “Son cosas muebles las que puedan transportarse de un lugar a otro, sea moviéndose por sí mismas...”.

Asimismo, la responsabilidad sobre sus acciones siempre recaerá sobre el dueño, tal como lo establece el artículo 1.124 del Código Civil: “El propietario de un animal, doméstico o feroz, es responsable del daño que causare...”. El abogado aseguró que “en ningún caso la Justicia podrá disponer de la muerte del animal”.

En cambio, los animales que han sido víctimas de malos tratos son secuestrados por la Justicia y derivados a instituciones para que sean cuidados y rehabilitados. La ley que protege a los animales es la denominada “Ley Sarmiento”. En ella se establecen penas de 15 días a un año de prisión “al que infligiere malos tratos o hiciere víctima de actos de crueldad a los animales”

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